domingo, 12 de diciembre de 2010

WiKiLeaks y WaterGate: dos casos que marcaron un quiebre en el mercado de la informacíon

Los documentos clasificados del Gobierno Estadounidense que reveló la organización online Wikileaks, en el que se investigan y analizan ciertos comportamientos de los mandatarios de varios países, podría convertirse en un segundo Watergate, más de 30 años después, pero de alcances aún totalmente insospechados. El grado de masividad de los medios de comunicación en la actualidad impide adelantarse a próximas consecuencias, y el rol del periodismo vuelve a estar en el centro de las disidencias.

El recordado caso Watergate (llevado hasta al cine hasta el cansancio y puesto de ejemplo en cualesquiera universidades de periodismo se pise) sucedió en 1972 cuando arrestaron a varias agentes de espionaje, pertenecientes a la campaña que bregaba la reelección del entonces presidente estadounidense Richard Nixon, que fueron descubiertos en el interior del comité demócrata de Washington DC.

La trama continuó con el descubrimiento, por parte de los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward, del Washington Post, de escuchas telefónicas y labores de espionaje que alcanzaban hasta a las más altas esferas de la Casa Blanca, manchando al mismísimo presidente Nixon que, dos años después, tuvo que dimitir a su cargo tras conocerse el escándalo.
Una amplia red de informantes y alcahuetes, más un pasado con estrechos contactos con la CIA y el FBI, permitió que los periodistas desentrañaran el caso.
Luego de la inevitable comparación, el ahora bautizado "Cablegate" (relativo a los más de 250 mil cables reservados que remitían las embajadas estadounidenses en todo el mundo hacia la Secretaría de Estado) reabre el debate acerca de la irrupción del "periodista militante" o "periodismo panfletario".

Wikileaks es un sitio de noticias, fundado en 2006 por el hacker australiano Julian Assange, que se dedica a divulgar (a modo de denuncia) informes filtrados, secretos de estado y datos confidenciales acerca del accionar de distintos gobiernos y empresas alrededor del planeta. Hace poco tiempo divulgó atropellos durante la guerra en Afganistán y el accionar estadounidense de dudosa moral en Medio Oriente.


Entonces, ¿cuál es la frontera del periodismo?, ¿se incide directamente en los hechos arrojándose un papel protagónico o es simplemente el imprescindible rol de controlador del poder que ostentan los periodistas?

Redundando una última similitud del Watergate con esta fenomenal fuga de información, que pone al desnudo las verdaderas ansias norteamericanas en el plano diplomático, cabe otra pregunta: ¿se sabrá alguna vez el "Garganta Profunda" del Cablegate?


Fuente: Diario Uno

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