Desde esta perspectiva, la ética hacker es una nueva ética del trabajo que desafía la actitud que durante tanto tiempo nos ha tenido esclavizados, a saber, la ética protestante del trabajo, tal como la expuso Max Weber en su obra clásica “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. De manera que, la ética hacker del trabajo puede ser representada de la siguiente manera:
· Persona que disfruta investigando sistemas operativos, lenguajes de programación y sabe sacarle el máximo provecho. Se diferencia del usuario normal porque estos se limitan a conocer lo mínimo e imprescindible de un programa.
· Entusiasta de la programación, y a veces, llega a tener obsesión por ella.
· Programa porque encuentra la actividad de programación intrínsecamente interesante, emocionante y gozosa.
· Alguien que aprecia el valor de hackear, entendiendo por ello el buscar un uso no documentado o previsto de algo.
· Alguien que disfruta con un reto intelectual y lo intenta resolver de forma autodidacta, creativa y lúdica.
Si se les considera a este nivel, los hackers informáticos constituyen un ejemplo excelente de una ética del trabajo más general, a la que podemos dar el nombre de la ética hacker del trabajo, afianzada día a día, en la sociedad red, en la cual el papel de los profesionales de la información se halla en expansión.
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